Por tal razón, la imagen reflejada aparecerá distorsionada y con los bordes poco establecidos o nítidos. La imagen producida por este género de reflejo tendrá cierto toque surrealista, lo que puede hacerla bien interesante. Varios han sido los estudios sobre psicología personal que afirman que el exterior actúa como un espejo para nuestra cabeza. Un espéculo donde vemos reflejadas distintas cualidades, peculiaridades y puntos personales de nuestra esencia, de nuestro ser mucho más primitivo. En el momento de construir cada paso de nuestro desarrollo personal nos enfocamos en exceso tan solo en nuestro interior, cuando gran parte de lo que podemos estudiar reside en el exterior o en nuestro ambiente de seguridad. Inmensidad de leyendas nos enseñaban desde la antigüedad que lo que vemos en los demás nos revela información de lo que somos nosotros mismos.
Cuando pretendemos que nuestra piel y nuestro físico sean perfectos, de porcelana, tal y como si muñecas sin vida fuésemos y experiencias no hubiéramos vivido. U otro ejemplo, puedes jugar con la interacción de la fotografía de una persona con el reflejo de otras proyectado en una ventana, como en la situacion de la próxima fotografía. Observemos qué accesorios nos van a venir bien para conseguir nuestras fotografías con reflejo en el agua. Por otra parte, la iluminación es un punto muy importante que también deberemos tomar en consideración. Es aconsejable que evitemos realizar esta clase de fotos a mediodía cuando la luz es muy cenital.
Algunos Estudios En Los Que Da Clase
Muchas son las superficies pulidas que nos van a permitir captar reflejos, como son por ejemplo una ventana de cristal, un hielo, una parte de acero o un metal pulido; pero eso sí, no todos reflejarán con exactamente la misma intensidad la imagen. Esto es, para poder verte como eres verdaderamente, tendrías que estar tras ti y además de esto ser transparente. El inconveniente quizá está en meditar que hay un mundo detrás del espéculo con nosotros pero del revés, en el momento en que de todos modos no hay nada. Y si todo esto te ha supuesto un dolor de cabeza, imagina qué pensaría Alicia cuando entró dentro… De todos modos no son ellos los que dan la vuelta a las cosas, sino más bien nosotros.
Cuando capturamos un reflejo en un paisaje, generalmente, nos importa tener nítidas tanto la imagen de referente como la del propio reflejo. Para poder conseguir este propósito, es conveniente que cerremos el diafragma de nuestra cámara y trabajemos con profundidades de campo enormes, que vayan del f/8 al f/16, o superiores. En ocasiones el tiempo es el que es, y debido al aire será difícil hacer que el reflejo se capte. Para esas oportunidades podemos difuminar el movimientos del agua ayudándonos de un trípode, y emplear velocidades de obturación lentas que nos crearán un bonito efecto sedasobre le que captaremos los colores de ese reflejo difuso. Las luces de la ciudad, o aun las estrellas tienen la posibilidad de crear un reflejo de lo mucho más asombroso.
Formación
En otras expresiones, es algo nuestro que no tenemos ganas admitir y, por consiguiente, se resiste y persiste. En este caso, debemos pensar qué es precisamente lo que nos está doliendo de la otra persona, y después estimar si nos comportamos de esta manera en otras ocasiones. La Mente es Extraordinaria Revista sobre psicología, filosofía y medites sobre la vida. Si bien hay que tomar en consideración que el pasado se utiliza para estudiar, no para engancharnos a él. El pasado forma parte de lo que somos, pero no define lo que tenemos la posibilidad de ser. El pasado, al final de cuenta, es la composición, los ladrillos que nos han construido, pero no nuestro interior.
Lo que nos desagrada del resto es aquello que no nos gusta de nosotros. En el marco de sus investigaciones, Jacques Lacan teorizó que los pequeños eran capaces de reconocerse en el espejo, les gustaba su imagen y eso les producía un destacable confort. Ahondando mucho más en sus análisis, Lacan señaló que la aptitud de reconocimiento de los niños se debía a la comparación con los modelos visuales de sus cuidadores. He hecho varías fotografías de reflejos y me enanito sus comentarios buenísimos, gracias. Si añades demasiados elementos en tu composición el reflejo va a pasar inadvertido.
Es indispensable recordar que todo lo que llega a través de nuestros sentidos lo ofrecemos como cierto, sin admitir muchas veces la una parte de interpretación o de subjetividad que hay en ello. Vivimos de acuerdo a esta forma de percibir la verdad, creando distorsiones negativas o que nos generan malestar a la hora de relacionarnos con las personas de nuestro entorno, incluso con nosotros mismos. Escuchando a mi reflejo, hablando sin temor del futuro que quería ver a través del espejo, he entendido que las ganas de combatir con lo que realmente quiero tienen más valor que los tropiezos del pasado del que provengo.
No debemos caer en el fallo de pensar que necesitamos mucha agua para poder capturar un óptimo reflejo. En ocasiones un fácil charco o un suelo mojado puede ofrecernos medites de lo mucho más atractivas. En verdad, por lo general, cuanta mayor profundidad hay en el agua menos posible va a ser que haya una reflexión buena, aunque siempre existen salvedades claro.
Quizá suene extraño, pero los espéculos lo único que hacen es invertir la imagen hacia ti, solo te está exponiendo lo que le muestras. O sea, en el momento en que te pones con una papel en el que pone \’hola\’ de cara a un espejo, en realidad esa palabra está al revés, pero tú no puedes verla por el hecho de que te hallas detrás. Tu cerebro le pide al espéculo que te muestre no lo que ves sino lo que verías dando la vuelta, esto es, el sentido contrario. Al fin y al cabo, la sociedad no es más que una enorme comunión de autopercepciones. Si deseas aprovechar la ley del espéculo para impulsar tu crecimiento personal, el autoconocimiento y mejorar tus relaciones personales, a continuación, te presentaremos un ejercicio práctico que te ayudará a lograrlo.