La cogió entre sus brazos y emprendió la fuga buscando la salida del supermercado. Los chillidos de la madre alertaron a los presentes y algunos de los usados corrieron tras él. Acababan de evitar una muerte segura, una mucho más de las cerca de 300 que se llevó por enfrente el bautizado como el ‘monstruo de los Andes’.
Su cámara temblorosa y su terror basado en ponernos en primera persona marcó un antes y un después en el terror. Fundamentada en una novela de John W. Campbell, esta película protagonizada por Kurt Russell nos transporta a las profundidades de la Antártida para saber a ese monstruo alienígena que con ingenio llamamos \\’la cosa\\’. Perry añadía que, aunque Netflix no se encontraba obligado a consultar con las familias de las víctimas, la forma en que se abordan los hechos ha supuesto un nuevo “trauma” para los seres queridos de quienes fueron asesinados por Dahmer. Las críticas de Hughes se suman a la de otros familiares que han cargado contra la serie de Netflix. Eric Perry, primo de la víctima Errol Lindsey, desveló en su perfil de Twitter que se había enterado de la existencia de la serie cuando la interfaz la lanzó y se transformó en un fenómeno internacional.
Obsesión Con La Madre
El pederasta Santiago del Valle, de 43 años, tenía cuatro demandas por abusos a inferiores y dos condenas firmes. Pese a ello, varios despropósitos judiciales hicieron que prosiguiera en la calle. El arresto del fugitivo se causó cuando trataba de ocultarse en casa de una hermana en Canadá. Cuando la joven se enteró de los asesinatos, lo denunció y le detuvieron de forma rápida.
En cuanto la mujer vio al niño supo que tenía que ver con un impostor, pero los investigadores la coaccionaron para salir en una multitudinaria rueda de prensa asegurando que terminaba de encontrar a su pequeño. Sin embargo, como Christine seguía acusando a las autoridades de montaje, estas consiguieron que la ingresaran en un hospital psiquiátrico tras alegar que la desaparición de Walter la había trastornado. Gordon se sentía atraído sexualmente por Sandford, conque comenzó a hostigarlo, amedrentarlo y asustarlo hasta que empezó a golpearlo y violarlo diariamente.
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Más allá de los detalles aportados, la Policía comenzó a dudar de su rocambolesco testimonio y Pedro, para probar que afirmaba la verdad, solicitó que lo llevaran a distintas emplazamientos para desenterrar los cadáveres. La comitiva policial llegó hasta un área distanciada de Ambato y allí fue donde el ‘monstruo’ señalizó los sitios de enterramiento. Hallaron un total de 57 cadáveres, todos ellos de pequeñas entre los ocho y los doce años, con signos evidentes de crueldad, si bien el detenido habló de 110.
Durante el año que el granjero continuó en el corredor de la muerte de la prisión de San Quintín, la madre de Walter le visitó en múltiples ocasiones para saber el paradero de su hijo. No obstante, Gordon jamás fue congruente en su relato y la mujer falleció sin poder localizar el cuerpo del pequeño. Al comienzo, Gordon empezó a experimentar una suave atracción sexual hacia niños, con quienes fantaseaba e imaginaba desnudos mientras que los acariciaba tímidamente. Pero aquella fantasía se transformó en una obsesión por violentar a los infantes. En escaso tiempo, el joven pasó de ser un pedófilo a dar libertad al depredador sexual y asesino que llevaba dentro. Entre Colombia, Ecuador y Perú, Pedro Alonso asesinó a más de 300 inferiores.
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Engatusándola con un regalo, logró que la pequeña mordiera el cebo y cruzara el umbral. La sacó de allí minutos después, ahora cadáver, esconde en un carro de la compra, según ha acabado confesando. Con estos datos, la Policía pidió una orden de extradición de Sarah Northcott, madre de Gordon, a la que condenaron a la pena de muerte. Esta fue finalmente conmutada a cadena perpetua debido a su avanzada edad. En el momento en que Sarah regresó a Canadá, un familiar de Gordon alertó a las autoridades del presunto maltrato que de este hacia su sobrino.
Fraser forma equipo con Siobhan Finneran (‘Downton Abbey’) en un thriller que apuesta por una pareja policial formada por 2 mujeres. Tras violar, estrangular y matar a sus víctimas, practicaba necrofilia con sus cuerpos ahora sin vida, y los acababa ocultando o enterrando para no ser descubiertas. Jamás secuestró ni mató a pequeñas blancas pues “sus padres observaban bastante”, de ahí que acechase siempre y en todo momento a inferiores de raza indígena. En Perú llegó a matar cerca de cien niñas de entre 9 y 12 años, por eso el apodo del ‘monstruo de los Andes’. Una de las películas de “terror” mucho más jaleadas de los últimos tiempos es, ocasionalmente, un caliente homenaje a la historia del género.
Santiago se dio a la fuga llevándose la adquisición que portaba la pequeña. R. A (quinta víctima), instructor de Educación Física en el colegio sevillano de Almotamid, el centro donde Nuria cursaba 2º de Preescolar, debió asistir a clase escoltado por la policía. Santiago del Valle lo había acusado de abusar sexualmente de su hija y los padres del resto de alumnos no soportaban que un degenerado anduviese suelto en las aulas. La televisión no deja de escupirles ahora a los de Pajaroncillo las descuidadas fechorías que el nuevo vecino callaba y, si bien a todos se les revuelve el estómago, la náusea es mayor en casa de Begoña. Se trata de la madre de Bea, la única niña del pueblo, seis años recién cumplidos, solo uno mucho más que Mari Luz.
“Y pensar que mi hija estuvo todos estos días sola en la calle, jugando cerca de la vivienda de esa bestia…”, dice mesándole el cabello castaño a su pequeña. El ‘asesino del gallinero’, como lo bautizó la prensa norteamericana, escandalizó al jurado con los truculentos detalles de los tres homicidos (el cuarto, el de Walter Collins, nunca ha podido probarse por carecer de pruebas). En febrero de 1929, Gordon fue culpado a morir en la horca. Por su lado, el sobrino, aunque también fue víctima de las perversiones de su tío, lo sentenciaron a cinco años en un reformatorio. Para la jueza, asimismo ha pesado mucho visto que en diligencias policiales se acredite que en las últimas semanas el \\’monstruo\\’ de Lardero habría tratado de apresar con mentiras a varias pequeñas mucho más para llevárselas a su casa. La tensión se respiraba en el Palacio de Justicia de Logroño en el momento en que subieron desde los calabozos a Francisco Javier Almeida, el \\’monstruo\\’ de Lardero, hasta la salón de vista del juzgado de instrucción número 2.
Una vez en independencia, esto último nunca se cumplió y el ‘monstruo de los Andes’ desapareció. Pero todo cambió en el momento en que en 1980 se causó una esencial riada en el ayuntamiento ecuatoriano de Ambato. Una vez en libertad, Pedro viajó al sur de Perú donde empezó su periplo criminal secuestrando y matando niñas que vivían en la región de Ayacucho. Una vez alejados y en algún paraje desolador, Pedro comenzaba su ritual. Además, Benilda solamente se hacía cargo de sus hijos y golpeaba a Pedro con “una escoba todo el tiempo”, recordaban sus vecinos.