Son situaciones muy comunes, dinámicas relacionales que responden a un patrón emocional y neurológico muy preciso que merece la pena entender. Aseguran que entre el amor y el odio solo hay un paso ¿será cierto?
No obstante, hay situaciones en las que no hay un desenlace tan feliz. En ocasiones uno de esos pequeños episodios de desencuentro se convierte en la semilla de una enorme selva de odio. O son la gota que hace rebosar la copa de un veneno que se venía juntando.
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Kate Hudson y Matthew McConaughey protagonizan esta comedia romántica que ya es todo un clásico en este género cinematográfico. El humor, la rivalidad y, al final, el cariño son los que hicieron de ‘De qué manera perder a un chico en diez días’ una de nuestras favoritas. Pero volvamos a este tipo de odio en el amor, implicado en varias relaciones “ amorosas”. Es una clase de odio, que está constituido por el desconocimiento. La ignorancia de no poder meditar que es lo que verdaderamente se quiere. Esta última situación es más habitual en personas que tienen baja tolerancia a la frustración o un alto narcicismo.
Las mejores terrazas de La capital española El buen tiempo nos hace pensar en proyectos que podríamos realizar una tarde o noche de primavera o verano. La última información en moda, hermosura, actualidad y el poder femenino. “No hay otro hombre como Arpad Busson”, aseguraba Uma Thurman en 2010. Siete años después, el que había sido el cariño de su historia le parecía un indeseable adicto a las putas. Alba Carrillo podría elaborar una proposición sobre el tema citando a sus ex- Fonsi Nieto y Feliciano López. John W. Ouderkirk, el juez que decidió sobre la custodia de los hijos menores de Angelina Jolie y Brad Pitt, aportaría indudablemente detalles reveladores sobre de qué manera las parejas perfectas se convierten en inmejorables enemigos.
Del Amor Al Odio Hay Solo Un Paso (la Ciencia Lo Asegura) #sanvalentin
Si no existen los recursos sentimentales para sostener la estabilidad emocional frente a una situación desfavorable, es probable que se culpe a los demás del sentimiento de frustraciónque se experimenta. Esto es, detestamos al otro por el hecho de que deja al desvisto nuestras debilidades, nuestra dependencia o nuestra inseguridad. Odiar a quien amamos es posible y hasta lógico dentro de ese escenario cerebral. Aunque en la vida diaria, nos parezca una genuina contradicción eso de pasar del amor al odio de un día para el otro o incluso en un instante puntual.
Ambos sentimientos son muy fuertes y están involucrados en exactamente el mismo procesamiento neuronal en el cerebro, popular como el ‘efecto de excitación de la emoción‘. O sea, las emociones mucho más potentes y voraces distribuyen una misma vía de paseo en el cerebro y por ello es simple ir de un radical a otro, se procesan por exactamente el mismo circuito. Hay bastante para decir sobre el odio, hay mucho para decir sobre el cariño; innumerables textos, ensayos, relatos, poesías charlan de estos sentimientos que han concernido y conciernen en el transcurso de toda una vida, a los seres hablantes.
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La única opción alternativa es separarte de esa persona y abandonar ese odio que puede transformarse en una prisión molesto de la que solo vas a salir maltrecho. Sienten que no tienen la oportunidad de dejar la situación, por dado que eso sería claudicar. Esta última situación es mucho más habitual en personas que tienen baja tolerancia a la frustración o un alto narcicismo. Si no hay los elementos sentimentales para mantener la estabilidad sensible en frente de una situación desfavorable, probablemente se culpe a el resto del sentimiento de frustraciónque se experimenta. Esto es, detestamos al otro por visto que deja al desnudo nuestras debilidades, nuestra dependencia o nuestra inseguridad. Múltiples indagaciones provenientes de la psicología social y clínica explican por qué.
Detesta las patrañas blancas del flirteo, es un crítico literario destroyer y su cinismo le hace siendo consciente de que «más allá de que se tengan otras bellas características, se mira siempre y en todo momento y en todo momento a las gentes por su lado malo». Una contradicción muy humana para la que la ciencia busca motivos biológicos. Una investigación realizada en 2008 por un equipo de neurobiólogos encabezado por el doctor Semir Zeki, de la University College de Londres, probó que se activan las mismas zonas cerebrales en el momento en que se quiere que cuando se detesta. No obstante, las malas intenciones se desarrollan en una región de la corteza de adelante que posibilita la planificación de formas de proceder agresivas.
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En todo caso en ese dicho las expresiones amor y odio no son las correctas. Johnny Depp interpreta ya hace un par de años el peor de sus dramas intentado demostrar en los tribunales que durante sus 11 años de matrimonio con Amber Heard no fue el monstruo maltratador que ella describe, sino más bien su pobre víctima. Volvamos a los discursos de odio, por el hecho de que algo de lo citado en determinados vínculos cariñosos trabaja aquí. Y si es así, el sujeto bajo ese sesgo, leerá todos y cada uno de los movimientos de la pareja, como susceptibles de transformarse en una amenaza.