Del Amor Al Odio ¿hay Un Paso?

Lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia. Tal como todo amor transporta implícito algún gramo de odio, todo odio tiene en sus entrañas un ingrediente de amor. De pronto, sin previo aviso, sin ni siquiera entender tú el porqué de este cambio fugaz en el que pasas de querer a alguien a no estimar ni verle en pintura. Quizá sea decepción, un despertar en el que nos hemos proporcionado cuenta de lo malo que nos hacia esa persona o tal vez un escudo protector que nos ayuda a sobrepasar el desamor.

del odio al amor hay un paso

Hay mucho para decir sobre el odio, hay bastante para decir sobre el cariño; innumerables contenidos escritos, ensayos, relatos, poesías charlan de estos sentimientos que han concernido y conciernen en el lapso de toda una vida, a los seres hablantes. Acepto los términos, condiciones y la política de intimidad. Una situación donde, por más que ganes, siempre vas a estar perdiendo.

Del Amor Al Odio Hay Un Paso

El equipo de Zeki descubrió que el odio surge en exactamente las mismas zonas donde antes brotó el amor que activa las zonas del cerebro comunes al enamoramiento, el putamen y la ínsula. La única diferencia que se halló es que en el momento en que se experimenta el sentimiento de amor se desactiva en determinada parte parte de la corteza cerebral donde se procesan las ideas racionales, con lo que, nos volvemos menos críticos con la gente que amamos. No obstante, con el odio, estas áreas se quedan activa, según Zeki, para pensar juiciosamente las acciones destinadas a dañar a quien se detesta. Es lo que el psiquiatra y psicoanalista francés, Jacques Lacan nombró como “odioenamoramiento”; esta ambivalencia revela que ambos sentimientos van juntos, y que que constituye las relaciones humanas.

De hecho, puede ofrecer sitio a vínculos más estrechos que los del amor. Lo malo es que cuando se da paso a una seguidilla de afrentas, la situación se transforma en un círculo que se retroalimenta permanentemente. Condicionan su vida cariñosa a la lógica de dañar y eludir ser dañados. Sienten que no pueden renunciar a la situación, porque eso sería claudicar. Además, en tal estudio asimismo ha podido verse que cuando los sentimientos de amor son más fuertes, más intenso es también el odio y el despecho caso de que se genere una ruptura.

¿del Odio Al Amor… Un Solo Paso?

Aquel que quiere, puede en ocasiones odiar, y ese vaivén forma parte de toda relación cariñosa. El amor y el odio parecen sentimientos opuestos para nosotros pero no para nuestro entendimiento puesto que la contestación a estos sentimientos está relacionada. Tanto que tan solo una delgada línea divide el sentimiento del amor y el odio. Observó que estructuras como el putamen y la ínsula se activaban en el cerebro de esas personas tanto para estímulos relacionados con el odio como para estímulos relacionados con el cariño romántico, lo que podría justificar por lo menos en parte y biológicamente la relación entre ambos. Raramente, el putamen se activa también en la preparación de conductas violentas en el contexto amoroso. No hablo de parejas que se gastan por la rutina, relaciones en las que el cariño se desvanece de a poco hasta que el sentimiento ardiente desaparece.

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Odiamos un poco al otro porque en ocasiones no está en el momento en que lo necesitamos. O pues no agradeció como deseábamos algún esfuerzo que hicimos para él o para ella. También sentimos el rumor del odio cuando no nos comprenden bastante o cuando no tienen la capacidad de decirnos las palabras que queríamos percibir.

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“Uma es una borracha”, respondía él con el mismo despecho. Volvamos a los discursos de odio, por el hecho de que algo de lo mencionado en ciertos vínculos cariñosos trabaja aquí. Esta oración que aparece en una de las canciones de Nat King Cole es muy representativa de dicha dualidad sensible. El cariño se convierte a menudo en un territorio muy fértil para que se muestre el pinchazo del odio, y este proceso tan singular tiene su explicación científica. No hay ninguna forma de amor que no encierre una migaja de odio, cuando menos.

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No hablamos de aquellos que sufren un distanciamiento, sino más bien de esos hombres y mujeres que tras haber compartido una tórrida relación se convierten en los peores contrincantes. Con una investigación donde se hicieron escáneres cerebrales a participantes que experimentaban el odio al ver imágenes de personas a las que aseguraban odiar, como exnovios, y que a la vez daban a conocer una actividad neurológica muy afín al ver imágenes de personas que querían. Freud afirmaba que el amor es un estado de enajenación mental en el que las emociones dictan nuestra conducta, una definición que serviría también para argumentar el efecto de las más profundas aversiones. Tal es así que podría decirse que la pasión y el odio son 2 hijos nacidos de exactamente la misma madre, separados al nacer, pero vinculados por la sangre. Próximos los dos, fronterizos para todos los que se entregan a sus sentimientos sin visión ni medida. De esta manera, y por impresionante que nos parezca, el amor y el odio no son exactamente mundos opuestos.

“Detestamos a alguien en el momento en que realmente queremos amarle, pero que no podemos amar. No obstante, hablemos de otra clase de odio en el amor, muy tocante a la temporada que habitamos. Asimismo muy candentes en los discursos de odio que cada vez más escuchamos, sin ningún tipo de velo o precaución, que como bien sabemos, no es único de nuestro siglo. Justamente porque charlamos, estos sentimientos suelen encarnarse en los discursos, que según las temporadas, van tomando distintas formas, diferentes lecturas. Las personalidades narcisistas no diferencian entre una ofensa y un acto de autoafirmación del otro. Si la otra persona demanda espacio, reconocimiento o autonomía, lo comprenderán como una agresión.

Por Qué Razón Del Amor Al Odio Solo Hay Un Paso

Puede ocurrir, por poner un ejemplo, que una persona “despierte”, que abra los ojos después de un sopor en el que estuvo soportando lo que no deseaba aguantar. Asimismo puede suceder que alguien padezca una ofensa por parte de su pareja, y que sus sentimientos de amor den paso a la rabia, la contradicción y el desprecio. Pero volvamos a este tipo de odio en el cariño, involucrado en algunas relaciones “ amorosas”. Es una clase de odio, que está constituido por el desconocimiento. La ignorancia de no poder pensar que es lo que realmente se quiere. Pero esta no es la gran dificultad que nos atraviesa, pues son naturalmente los avatares del interjuego de estos sentimientos, que mientras sean dialectizables; es decir, no consiguen formas extremas, formas rígidas, serán los intersticios de una aceptable afirmaríamos, vida cariñosa.

El Sentimiento De Culpa

Hay que señalar, que cuando deviene esto, no hay vuelta atrás. El odio queda instalado en primer plano y es imposible revertirlo, más allá que los designios del falso amor, chillen lo contrario. No es otra cosa que las idas y venidas de como hacer con el partner, y evidentemente con uno mismo, en las paradojas del amor. Está inundado en el alegato común, asegurar que el odio es el reverso del amor, esto es, un gran amor puede dar la vuelta y caer la moneda del lado de la impronta del odio y viceversa. La Cabeza es Fantástica Revista sobre psicología, filosofía y reflexiones sobre la vida. No obstante, hay situaciones en las que no hay un desenlace tan feliz.