Contra El Vicio De Soliciar La Virtud De No Ofrecer Si No Lloras No Mamas

Aguardar, dejar a cargo de quien debe tomar la resolución que se le ocurra o adivine lo que requerimos y todo, por el vicio de soliciar. En ese tipo de ocasiones tenemos la posibilidad de llegar a sentirnos tristes, defraudados, irascibles y desconfiados. ¿De qué manera íbamos a esperar que alguien por quien hicimos tanto no responda?

¿De verdad comprender pedir asimismo es una cuestión de género? “A las mujeres nos cuesta soliciar para nosotras porque lo observamos como un acto egoísta, incómodo y vergonzoso. Tendemos a meditar que no merecemos soliciar lo que deseamos y además de esto sentimos que si solicitamos para nosotras desatendemos las peticiones y deseos del resto. Pero pedir es un acto espléndido que nos permite, además de conseguir lo que merecemos, multiplicar nuestro deber y dedicación para contribuir a el resto”, explica Silvia Bueso. Dar para recibir no necesita devolverlo de esta manera pero pide de disposición y exitación mutuos.

Contra El Vicio De Soliciar La Virtud De No Ofrecer Si No Lloras No Mamas

De alguna manera, es tal y como si nos presentásemos nosotros al examen de un amigo. Muchas de la gente que nos rodean son adictas a pedir y soliciar sin ofrecer nada a cambio. Se trata de gente que se explota de ciertas ocasiones y que creen que lo que a ellos les interesa está por encima de todas las cosas. Está tolerado exagerar un poco, eso sí, a fin de que la otra persona vea que te hace verdaderamente falta el favor. Esa es la forma de comprometerles con tu causa, después de que hayas usado el punto previo, el de que no se vean en la obligación de llevarlo a cabo.

De todas formas, no siempre que estamos así estamos siendo empleados. Solo que los demás no reaccionan como nosotros lo haríamos y eso puede desesperar y acrecentar este sentimiento de pañuelo desechable. Por este motivo, es esencial conocer bien a la persona. Algunos de nuestros amigos tienen la posibilidad de tener una forma muy particular de devolvernos un favor y, no obstante, lo hacen de corazón. Lo que se nos suele olvidar es que “en el momento en que somos espléndidas con nosotras mismas, aún somos mucho más generosas con los demás”, asegura. “Los pensamientos felpudos que más escucho son \’no estoy suficientemente lista\’ y \’nadie me pagará con lo que sé llevar a cabo\’.

¿De Verdad Saber Soliciar También Es Asimismo Una Cuestión De Género?

Tampoco hay que mentirle, ni mencionarle nada rocambolesco. Simplemente hacerle ver que para ti es esencial que te ayude ella y no otra persona. No es cuestión de que emplees un lenguaje ampuloso para agradar a tu interlocutor o para no espantarle. Ahora hemos dicho que las cosas tienen que ser directas. No obstante, no conviene ser realmente brusco en la forma de solicitarlo.

en la forma de pedir esta el dar

Soy conferenciante, formadora y entrenador, experta en ‘El arte de soliciar’. Te enseño a pedir y hallar tus objetivos, sin tener que soliciar. Despierto la magia de pedirólogos en potencia con mis artículos, talleres y charlas.

En este sentido, y una vez más, nuestro inconveniente está en nuestras esperanzas. Como se frecuenta decir, una cosa es ser buenos y otra muy diferente es ser “tontos”. Lo que pasa es que muchas veces pecamos de esto último por no abandonar la bondad. Como consecuencia pueden aprovecharse de nosotros. De esta forma, corremos el peligro de dar y dar sin tener consciencia de que en realidad se aprovechan de nosotros. Hasta que llega un momento en el que nos percatamos que nos están utilizando.

Si asocias la palabra pedir con ser un fanfarrón, vender humo y una acción que te abochorna hacer, pídete éste libro. Este libro te enseñará que soliciar es ser útil a los demás para asimismo ser útil a tus propósitos y conseguir tus objetivos. Si te sientes liberado al leer estas expresiones, obséquiate este libro-solución. Pedir bien las cosas, optimización la relación de la gente, el ámbito de trabajo e impacta positivamente todas y cada una de las dimensiones de tu empresa. Soliciar es un acto desprendido que nos permite multiplicar nuestro compromiso y dedicación para contribuir a los demás. “Te divertirás siendo pedirólogo, crecerás y aprenderás de qué manera dar, soliciar y conseguir, y vas a ser leal a tus valores y esencia. Cada solicitud te va a poner una sonrisa de oreja a oreja.”

Al final del estudio, concluyeron que un 60% de los sujetos le dejaban fotocopiar en el momento en que no les daba ninguna razón. Pero dando un motivo, la cifra subía hasta el 90%. Lo curioso es que, la mayor parte de las ocasiones, la razón era que debía realizar copias. El estudioso decía algo como “¿Me dejas pasar delante de ti? Quizá la causa de esta disparidad es que el interlocutor percibe el esfuerzo que hacemos por justificar nuestra petición y, en realidad, le da lo mismo el contenido.